Libros Para Todos

¿Y si solo tuvieras que subir las escaleras para encontrar lo que buscas?

Cuando vives lejos de tus familiares en el cuarto piso sin ascensor de un antiguo edificio, lo peor que te puede pasar es que suceda algo inesperado que te confine en casa y te deje a merced de tus vecinos. Samantha está desesperada. Romperse el pie el primer día de trabajo ha sido el broche de oro a unos meses que han llegado cargados de pequeñas desgracias. Ahora está sola, aburrida y malhumorada y, para colmo, las manecillas del reloj se empeñan en avanzar muy despacio. Aunque esa sensación de vivir una y otra vez «el Día de la Marmota» se romperá con la llegada de Héctor, un vecino temporal que no va a dejar indiferente a nadie. Al principio, Sam duda si permitirle o no entrar en su vida, los prejuicios actúan en su contra, pero Héctor conseguirá derribar esas débiles murallas y revolucionar su pequeño mundo.

OPINION PERSONAL

La historia, transcurre en Madrid, un fin de semana en El Bierzo y finalmente en Barcelona, es una historia, sencilla, fácil y rápida de leer, de esas que te aportan unas horas de entretenimiento y alguna que otra risa. No es que me haya gustado excesivamente, algo no me ha caído muy bien, incluso, pero en general, se deja leer.

La trama, como he dicho, es sencilla y sin muchas complicaciones. Como nos relata ya, la sinopsis, casi todo transcurre, en el pisito de Samantha, un cuarto piso, sin ascensor, donde Hector, se ocupará de sus necesidades, como hacerle el desayuno, la comida y la cena, aparte, de entretenerla y llevarla a la clínica, cuando lo necesita. Esta cercanía, los va uniendo y, por supuesto, la atracción va surgiendo, entre los dos. Hector, cree, que por lo que aparenta Samantha, (es muy pequeña y delgada y, además, se comporta como una adolescente atolondrada), la diferencia de edad, entre ellos, pasa de los veinte años, y eso le frena, para expresarle su deseo, pero, cuando, esto se aclara, la relación entre ellos, sigue su curso. Hay también un viaje de fin de semana al Valle de Ancares, donde los padres de Samantha, tienen un turismo rural y, allí descubren que están enamorados, y la familia de ella, recibe a Hector con los brazos abiertos. Después hay unos malos entendidos y Hector se va a Barcelona, a continuar con su vida allí. Tendrán que ver como solucionan, los problemas de confianza, que han surgido, para poder vivir ese amor, que ha nacido entre ellos.

La historia en sí, es bonita y sencilla. El protagonista, es un personaje que, si, me ha gustado. La mayoría del tiempo, tiene que luchar con una protagonista, inmadura, bajo mi punto de vista, aunque tiene veintinueve años, parece, por sus reacciones, (esto creo yo, que es lo que lo confunde a él, no su aspecto), parece que tenga dieciocho, y, sin embargo, cuando escribe en el diario, parece otro personaje. Como podréis observar, la protagonista, no me ha hecho mucho tilín, eso ha sido al principio, luego, ha ido madurando, a lo largo de la historia y ha conseguido agradarme, aunque, para mí, el mejor personaje es Hector.

Me ha gustado, los días que han pasado en el Bierzo, han resultado románticos y los personajes que salen allí, como la madre de Samantha, y Carlos, resultan encantadores, así como lo que describe la autora de la zona.

En Barcelona, me ha gustado, sobre todo, una escena muy bonita, que no digo, pero que resulta verdaderamente sensual, bien narrada y muy romántica. Me gusta, como se resuelve todo y termina, El final es bonito.

La idea del diario, me ha gustado, también mucho, en él, Samantha, es un personaje que sí me gusta y en la última página, hay una sorpresa muy agradable.

Es una lectura agradable para pasar unas horas de tranquilidad y sosiego.