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En la ciudad de Oslo, una conocida presentadora de televisión aparece asesinada en su domicilio. El superintendente Yngvar Stubo y la que fuera profiler del FBI Inger Johanne Vik, son requeridos para llevar a cabo la investigación. Pareja tanto en la vida real como en la profesional, Sutbo y Vik se muestran reticentes a llevar el caso ya que acaban de ser padres; sin embargo, se ven forzados a aceptarlo dada la naturaleza del mismo. Todo apunta a un asesino en serie de gusto perverso que se deleita escenificando sus crímenes. Mientras Stubo se vuelca en el análisis meticuloso de los detalles que rodean cada crimen, Vik ahonda en una teoría que coge fuerza a medida que traza el perfil del presunto asesino: la posible conexión entre los hechos presentes y su pasado como miembro del FBI.

-Los animales salvajes nunca matan por deporte. El hombre es el único animal para quien la tortura y la muerte de sus semejantes es divertida en sí misma. -James Anthony Froud.

Esta frase, revela perfectamente al asesino de esta novela. Mata, sin motivo, sin movil y sin escrúpulos. Estos son los criminales, más difíciles de coger con las manos en la masa, porque, además, son inteligentes y metódicos.

Me ha impresionado la trama, tan bien llevada, de esta novela. En un principio aparecen varios frentes, con personajes dispares, a los que vas conociendo y enterándote de la vida que llevan. Poco a poco, se van desvelando algunas incógnitas, a los giros que toma la narración, pero siempre, con una progresión ascendente. En ningún momento, pierdes el hilo o dejas de seguir la historia de este asesino y los detectives que se ocupan de desvelar las circunstancias en las cuales ha intervenido el criminal.

La técnica para buscar pruebas de los asesinatos, es intensiva, pero, pasan los días y las semanas, sin ningún resultado, se encuentran, cada vez, con un muro infranqueable. Conforme pasan las páginas, van cambiando de opinión con respecto a lo sucedido. Los interrogatorios son infructuosos, e, incluso el que lee, está perdido, no ves a que lleva todo.

Pero la profiler Vik, ya ha dado su opinión definitiva, cuando saben quién es el asesino. Su marido el detective Sutbo, no quiere renunciar a cogerlo y sigue con la investigación, temiendo las represalias de este asesino sangriento, hacía su familia.

La novela, es trepidante, llena de giros inesperados, que ves reflejados en las decisiones que van tomando los protagonistas principales y que va imprimiendo en el que lee, una gran ansia por que llegue al final y que se destape todo.

Los personajes están fielmente retratados. La maldad, está bien definida en el personaje odiado. Hay también, una que dice uno de los personajes, que me ha impactado, “Sin cultura, mandamientos, prohibiciones y amenazas de castigos correctivos, el ser humano va a la destrucción”.

La trama me ha enganchado desde el principio y el ya anunciado final, me ha dejado con ganas de saber más.

Muy recomendable, para amantes del género.