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De niños, lady Emma Beaumont y lord Alasdair Chase habían sido amigos inseparables y mas tarde novios prometidos. Pero algo salió mal y Emma lo abandona a un paso del altar. Dos años después Emma hereda una sustanciosa fortuna pero sujeta a una pequeña condición: hasta el día que se case no podrá gastar ni un centavo sin el consentimiento de Alasdair. La idea de tener que acudir a él y ver su sonrisa sardónica cada vez que necesita dinero se le hace insoportable así que Emma le jura que antes del día de San Valentín tendrá un esposo... y un amante. En adelante Alasdair empleará todas sus energías en convencer a la terca y apasionada Emma de que él le conviene más que cualquier otro hombre.

OPINION PERSONAL.

Sigo leyendo historias de esta autora porque son agradables, sencillas y bien ambientadas. En ésta, interviene, además de los problemas de Emma y Alasdair, una pequeña trama de espías, aunque ninguno de los dos es propiamente un espía, se ven implicados por el hermano muerto de Emma.

Después de la muerte de su hermano en batalla, Emma se encuentra con que, a pesar de ser la heredera de éste, es su amigo de la infancia, Alasdair, quién va a controlar todo el dinero. Esto la hace enfadar hasta extremos que hace una promesa. No obstante, Alasdair, va a intentar que eso no se cumpla, porque, pese a que lo abandonó, poco antes de su boda, nunca a dejado de amarla.

Emma tiene sus motivos para sentir esa rabia hacia él, aunque sigue amándole igualmente, no quiere dar su brazo a torcer. Ahora empieza la temporada, y va a buscar un marido para que entienda, de una vez, que nunca la conseguirá.

Mientras tanto, hay unos espías, que están buscando algo, que tiene Emma, y van a hacer todo lo que haga falta, para conseguirlo, incluso torturarla o matarla, si no se aviene a entregárselo. Ahora va a depender de la ayuda de su amigo, si no quiere terminar mal.

Esta es la historia que aquí nos cuenta Jane Feather. Está narrada con buena prosa y sentido del humor, como acostumbra la autora. Llena de diálogos con doble sentido, donde los dos protagonistas, que se conocen perfectamente, tratan de alterar al otro.

Alasdair, es un hombre vibrante y alegre, por naturaleza. Es un vividor empedernido, nadie sabe de donde saca el dinero, pero es perdidamente encantador y la sociedad lo adora. Tiene una lengua de víbora, que deja a mucha gente sin respuesta. Sólo Emma es capaz superarlo en esto.

Emma, es una protagonista de armas tomar. Es voluntariosa y terca y, es por esto que no va a perdonar a Alasdair la ofensa que le causó. Tienen muchas cosas en común y eso es, precisamente, lo que ella le reprocha, que haya destruido una relación maravillosa, con sus mentiras. Tendrá que trabajar mucho el protagonista, para conseguir que la chica cambie sus sentimientos.

Se siente una pulsión sexual entre ellos dos, que se siente durante todo el relato y como se conocen tanto, se leen los pensamientos y sus diálogos son, en la primera parte del libro, furiosos, venenosos e incluso, en momentos groseros.

Hay bastantes secundarios de mención, Maria, la compañera de Emma, la clásica mujer de la época, dependiente de los hombres para todo y que a ésta le pone los nervios de punta. Jemmy el “ayuda para” de Alasdair y, otros muchos que adornan la novela.

Es una sencilla y bonita historia de amor, con aventuras, amor, música, sensualidad, peligros y, en general, una buena manera de pasar unas horas, metida en esta época, donde se luchaba contra Napoleón y Wellington comandaba los ejércitos ingleses contra aquél.