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Ethan, el segundo de los hijos adoptivos de los Quinn, es un hombre tranquilo y reservado con un corazón, sin embargo, tan bravo como el océano que adora y respeta. En Cuando sube la marea no sólo se enfrentará al reto de sacar adelante el astillero que ha montado con sus hermanos. Sobre todo tendrá que asumir que Seth, el pequeño de los Quinn, lo necesita desesperadamente, y que para amar en plenitud a Grace, la joven de la que siempre ha estado enamorado, deberá recordar su oscuro pasado y su dolor, aceptarlos y confiar en que el amor lo cura y lo perdona todo.
OPINION
Esta es la segunda entrega de los hermanos Quinn y la historia de Ethan, un hombre tranquilo, al que Nora Roberts, compara con Gary Cooper en la película, Sólo ante el peligro.
Es el segundo al que adoptan Ray y su esposa Stella y que tiene un oscuro pasado, que pese a haber podido superar, aún lo lleva en lo más profundo de su alma.
Los problemas que tienen que solucionar, aún están pendientes de resolver y la vida sigue tranquila en esta pequeña localidad cerca de Maryland, que vive de la pesca de mariscos y que ultimamente, está siendo visitada por muchos turistas, algo que le da más vida.
Cam se ha ido de viaje de novios y Ethan es el que se ocupa ahora de Seth, ya que Phillips viene sólo los fines de semana. La relación tranquila que tienen, poco a poco se va interiorizando y a raiz de observar las pesadillas de Seth, Ethan le cuenta su pasado, bastante similar.
Ethan siempre ha estado enamorado de Grace y ella de él, pero no han podido, ninguno de los dos, abrirse al otro y cada uno ha hecho su propia vida. Grace divorciada y con una hija, tiene el sueño de tener su propia casa y debido a esto, se mata a trabajar, cosa que desespera un poco a Ethan.
Todo sigue igual, en la vida de los Quinn, cuando Cam regresa con Anna, ahora son uno más y se sienten felices de ver como Seth, supera, una a una, cada prueba para la unión familiar, pero esta felicidad se va a ver truncada con la aparición de una carta de la madre de Seth, aquí se unirán todos como una piña y enfrentaran, una vez más, todos los problemas.
Ethan, que al fin y al cabo es su historia, da un paso con precaución hacía Grace, ella le espera con los brazos abiertos, pero... hay muchas cosas guardadas en el corazón de Ethan, no sabe si podrá superarlas con el amor de Grace.
Seguimos contemplando los maravillosos paisajes de la desembocadura del rio Potomac, vemos como florece el astillero de los Quinn y vemos, así mismo, como se fabrica un barco hecho totalmente a mano y personalizado.
La relación de Ethan y Grace, es preciosa, precisamente por el cáracter de él, tan sosegado y tranquilo, con esa forma de ver la vida, recreandose en las cosas pequeñas y sacándole partido al más pequeño detalle de su vivir y entorno. Él vive por el mar y para el mar y eso simplemente le hace feliz, felicidad que transmite a todos sus seres queridos. Grace es una persona, que no ha podido cumplir sus sueños, pero que ahora, tiene cerca uno de ellos y va a luchar con uñas y dientes, porque se haga realidad.
Otra novela, que me ha conmovido mucho. Me encanta esta familia que forman los Quinn, tan unidos, luchando para que esa unidad no se pierda y apoyandose unos a otros para luchar contra los intrusos que quieren verla desaparecer. Muy buena y de recomentar, también esta historia. Ahora espero con ganas leer lo que nos ha preparado Nora Roberts de Phillips, éste es mi preferido, de momento, por el cáracter que tiene y lo que es.
Puntuación 9