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En el Hospital General de Suffolk, un tribunal de médicos se reúne una vez a la semana para determinar si las muertes ocurridas en esa institución habrían podido evitarse.
Los veredictos del llamado Comité de la Muerte determinan el destino de los individuos que desean dedicar su vida a la práctica de la medicina.
Entre ellos, tres jóvenes brillantes y recién licenciados tendrán que decidir quién y qué ocupa el lugar más importante en sus vidas. Así es como Noah Gordon, el famoso autor de El médico, nos envuelve en una trama apasionante para ofrecer una muestra de ficción impecable.

OPINION PERSONAL

Después de leer El médico, Chaman, El diamante de Jerusalen, La doctora Cole, El rabino y El último judio, y, quedar encantada con la prosa de este autor, no es raro, que me haya pasado lo mismo, con El comité de la Muerte.

La historia transcurre en un año, dividido en las estaciones del año y dentro de éstas, en los sentimientos, miedos, inseguridades, satisfacciones y luchas, de tres jóvenes, Adam Silverstone, Spurgeon Robinson y Rafael Meomartino y, además de otros numeros personajes, el jefe de la sección de Cirugía Harland Longwood.

Adam Silverstone, es un judio de padre judio y madre italiana, que lleva en la sangre, la inclinación italiana de su abuela materna. Ha pasado muchas penalidades para llegar a terminar su carrera. , Ha trabajado en numerosos empleos y finalmente, ha llegado donde quería. Es ambicioso y le gusta mucho el dinero, pero definitivamente, lo que es más importante en su vida, es la medicina. Es brillante y llegará a su meta.

Spurgeon Robinson, es un hombre de color, viviendo en una epoca, donde aún no eran bien recibidos en determinados puestos de trabajo (esto ocurre en el año que mataron a Luther King). Es también un cirgujano brillante, al que Adam ha cogido bajo su ala y con el que pasa momentos nostalgicos en la buhardilla del hospital (los dos viven allí). Tiene muy metido dentro esa inseguridad de su color, pero no ha carecido de dinero, ya que su padrastro, es rico. Desde luego, para él, lo primero es la medicina, pero la música cuenta con un espacio en su corazón muy grande. Al final se convencerá de cual es su fin en la vida.

Rafael Meomartino, es un cubano exiliado, de familia rica, que una vez entro Fidel Castro en el poder, tuvieron que salir de alli. Ha estudiado y practicano en uno de los mejores hospitales de Cuba y aquí en Suffolk, esta como jefe de los internos. Es el único que vive bien, en su propio piso y con una preciosa mujer, enferma. Esto, sin embargo, no le llena y cuando termina su internado, decide su vida de una manera más altruista.

Es un relato apasionante y lleno de contrastes, que te hacen vivir esos momentos, que ellos viven y que te introduce en las vidas de estos personajes, los cuales todos tienen en común, su amor por la médicina.

El llamado Comité de la muerte, se reune cada semana y allí se analizan todas las muertes que han habido y se vota, cuales se hubieran podido evitar y cuales no. Estos momentos, sientes la emoción y los remordimientos de los internos, que, debido a su incompleta formación, ven su equivocaciones, las cuales les forman para en un futuro, evitar esa serie de equivocaciones.

Me ha apasionado su lectura. Es una gran obra de un gran escritor, la cual recomiendo con mucha pasión.

Valoración: Muy bueno