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Llegué el lunes por la tarde, habiendo hecho un muy buen viaje de 2,45 horas y en el aeropuerto me estaba esperando mi hijo. Al salir me quedé con la boca abierta, era la primera vez que veía tanta nieve aquí y... continuaba nevando. Yo no estoy acostumbrada a conducir con nieve así que mi hijo, que se ha convertido en un experto conductor con carreteras blancas, me llevó a casa, donde casi no podíamos aparcar de la cantidad de nieve acumulada en la acera y calle.

Cuando entrabamos por la verja de la casa vi como la nieve había hecho una montaña en el patio... y continuaba nevando.

Me acosté un poco euforica debido a mi llegada y todo lo demás.

Al día siguiente, como continuaba nevando, mi hijo y yo limpiamos nuestra acera de nieve con palas y cuando agotados, terminamos, ya que tenemos una casa que hace esquina y hay bastante tramo que limpiar, seguía nevando.

Así que, hoy es el primer día que salgo a comprar comida desde que llegué, y, no es que no haya nieve, que la hay, es que parecía que se podía conducir mejor, debido al viento y a que subió la temperatura a 5 sobre cero.

Pero acabo de leer en internet que esta noche, bajarán los termómetros a menos 15 grados, así que veremos si mañana me atrevo a salir, porque los resbalones por el hielo son muy peligrosos.

Pero , pese a todo esto, me encuentro estupendamente entre tanta nieve.